Implantes y prótesis

Es esencial tanto para el paciente como para el profesional saber qué tipo de prótesis es adecuada teniendo en cuenta las necesidades del paciente. Si se fallara en este diagnóstico, existen altas probabilidades que el paciente sufra problemas futuros como incomodidad o dolor causado por el implante dental que no logra situarse correctamente.
Cuando llega un paciente con la intención de colocarse una prótesis dental se le debe realizar un diagnóstico clínico-radiográfico. El primer paso es hacer un cuestionario de familiarización (antecedentes médicos) que es habitual en cualquier práctica odontológica. Posterior a eso, se realiza una radiografía panorámica que es una imagen plana que permite ver los elementos anatómicos importantes como calidad (porosidad) y cantidad de hueso. Algunas veces, se opta por pedir tomografías computadas en casos muy extremos. Las tomografías me permiten ver espesores de huesos que la radiografía panorámica no. En la panorámica podes ver cantidad de porosidad (hueso esponjoso).

 

El profesional evalúa previamente a la colocación de un implante dental que el paciente tenga una estructura ósea en la mandíbula capaz de soportar el implante. Hay muchas veces que las condiciones del hueso no permiten colocar un implante en el lugar que uno quiere sino donde puede colocarlo.

Cuando el paciente no cuenta con la cantidad apropiada de hueso, es probable que el médico sugiera al paciente someterse a un procedimiento llamado aumento óseo. El aumento óseo es un procedimiento muy común que implica una intervención quirúrgica menor que se realiza en el mismo consultorio odontológico. Estas técnicas quirúrgicas especiales, como el levantamiento de senos, se utilizan para lograr mayor altura de hueso y así poder colocar un implante (solo en cuanto a la altura, no para lograr mayor espesor).

Otras veces pasa que, entre la extracción de la pieza dentaria y la colocación de un implante pasa mucho tiempo, por lo que el hueso se forma como un “filo de cuchillo” cuando debería formar una meseta. Cuanto más tiempo pasa posterior a la extracción dentaria, el hueso se achica (se rehace para abajo) en alto y ancho. Esto pasa mucho con la gente mayor: no les calzan las prótesis, se les caen y llega a una etapa de su vida en que ya han usado muchas prótesis que se les mueven y al moverse generan un desgaste del hueso. Eso es lo que provoca una prótesis mal adaptada.

Por eso, lo recomendable es que cada vez que se programe una extracción dentaria, se programe al mismo tiempo la colocación del implante. Hay que tener en cuenta que los promedios de éxito en este tipo de intervenciones son muy altos. Aproximadamente, el 95% de los pacientes que se someten a una cirugía de implante dental, finalizan su proceso satisfactoriamente.

Fuente: Fernando Hittos - Coordinador odontológico de Dentalia / www.dentaliaonline.com. Matrícula Nacional: 20771; Matrícula Provincial: 42759
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.