¿Por qué tengo mal aliento?

¿Qué es la halitosis?
La halitosis es lo que conocemos como mal aliento, un olor desagradable que procede de la boca.
Este mal olor afecta a la vida social y profesional de gran parte de la población, por ello se ha convertido en un tema importante y cada vez acude al gabinete dental un mayor número de pacientes aquejados por este problema
Estas personas pueden no percibir su mal aliento debido a una pérdida de sensibilidad, dado que su sistema olfatorio se ha sumergido en su propio olor. Es pues frecuente que se den cuenta de su problema a través de otras personas que sí lo aprecian.
También existen otros individuos que presentan lo que se conoce como halitofobia, en la que se cree tener mal aliento sin que éste exista. En este caso se trata de fobias psicológicas que necesitan un tratamiento distinto al que el odontólogo puede realizar.
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¿A cuánta población afecta?
La halitosis existe desde la antigüedad, así, ya se hacen referencias en la Biblia y en pueblos primitivos en los que se buscaban soluciones naturales como cáscara de huevo, clavos aromáticos, corteza de guayaba o menta, entre otros.
En recientes estadísticas se ha constatado que afecta a un elevado porcentaje de la población, por ejemplo en EEUU se sabe que aproximadamente la mitad de la población femenina y masculina utilizan productos cosméticos para combatirlo.
Este problema afecta en general a los dos sexos, pero es ligeramente superior en los hombres.

¿Por qué se produce?
El mal aliento se produce por un aumento en la composición de sustancias sulfuradas del aire expulsado por la nariz y la boca.
Este hecho puede deberse a distintas causas, así puede contribuir a ello la sequedad de boca por beber pocos líquidos, hablar mucho, estar estresado o tomar algunos fármacos como ansioliticos, antihipertensivos o antibioticos. Éstos disminuyen la cantidad de saliva que ejerce un papel de limpieza de la superficie de la lengua, quedando más alimentos presentes en la boca, y aumentando el contacto entre dicha superficie y las bacterias.
También guarda relación con las dietas altas en proteínas o que incluyen sustancias olorosas como ajo, cebolla o especias. Además existe una clara asociación con el hecho de tomar café, té, alcohol y sobretodo con el tabaco.
Las personas con problemas de encías o periodontitis se ven afectadas también por este mal olor, ello es debido a que las bacterias presentes producen los gases desagradables.
Además, la halitosis puede darse en personas que tienen infecciones de riñón, pulmón, amígdalas o son diabéticos.
Se ha observado relación con la época de menstruación de las mujeres o la presencia de caries, infecciones bucales, pero fundamentalmente el problema radica en la suciedad de la superficie de la lengua; así en personas con grietas en este lugar tienen más tendencia a tener mal aliento, ya que acumulan en ellas mayor cantidad de residuos y bacterias responsables de producir las sustancias sulfuradas que lo producen.
Cabe tener en cuenta que el mal olor puede tener su causa en la nariz por la presencia de cuerpos extraños, infecciones etc., produciendo un goteo nasal en la parte posterior de la lengua. En los niños es frecuente este problema porque la nariz y la boca están bastante interrelacionados.

¿Qué tipos de halitosis existen?
Existen dos tipos de halitosis, una conocida como patológica, en la que las bacterias fundamentalmente anaerobias producen compuestos volátiles sulfurados, y otra temporal, que es aquella que se produce al despertar, tras tomar café, alcohol, comidas fuertes en especias o fumar.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.