Una sonrisa tras avance médico

Debido a un cepillado incorrecto, a la presencia de enfermedades en las encías o predisposiciones naturales del individuo, un sector de la población desarrolla una enfermedad llamada recesión gingival, que consiste en la pérdida de parte de la encía y eventualmente de la pieza dental.

Este padecimiento odontológico deja descubierta la superficie de la raíz dental, lo que provoca otras enfermedades debido a su exposición bacteriana, y los procedimientos para atenderla se reducen a intervenciones quirúrgicas complicadas. Sin embargo, una investigación conjunta entre expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), podría abrir la puerta a un tratamiento en el que sean las mismas células del paciente quienes se encarguen de reparar el daño.

De acuerdo con María Guadalupe Marín González, académica de la Facultad de Odontología de la UNAM, si bien esta enfermedad tiene origen en factores que predisponen al paciente, como raíces prominentes o encía delgada, es el “cepillado traumático” un factor importante entre los jóvenes que la padecen.

“En este tipo de cepillado el paciente tiene el hábito de la higiene, pero lo hace demasiado fuerte o de manera incorrecta (de manera horizontal). Si la encía es delgada y se recarga el cepillo bruscamente, o no se sabe hacerlo, propicia la pérdida de la encia. Es muy común en pacientes jóvenes que lleguen a provocarse daño severo”, explicó.

No obstante, la coordinadora de la especialidad de Periodoncia e Implantología del Posgrado de la Facultad de Odontología, refiere que los casos más comunes observados en la práctica clínica son los provocados por enfermedades de las encías, conocida como gingivitis en estado inicial y periodontitis en uno avanzado, donde se pierde la unión de la encía con el diente y da oportunidad a que las bacterias penetran y destruyen el soporte de la pieza que es el hueso.

“Cuando eso sucede, el diente comienza a tener movilidad, y si no tiene el tratamiento adecuado es posible perder la pieza”, lo que lleva a contraer problemas en la masticación, habla, deglución, estética, sensibilidad, entre otros.

Comúnmente los pacientes con recesión gingival deben someterse a una cirugía en la que se toma una porción grande de su paladar para ser injertado en la encía. Sin embargo, los científicos buscan brindar más opciones.

La investigación universitaria y de la instancia de servicios sociales tuvo como objetivo inicial cultivar fibroblastos gingivales humanos para hacerlos crecer en un medio externo y después injertarlos en el paciente.

El fibroblasto es una célula, la más común, del tejido conectivo, responsable de la formación de uno de los tejidos del periodonto (mismos que rodean y soportan los dientes), el cual puede regenerar la encía.

En la clínica de la Facultad de Odontología, señaló la especialista, se tomaron las muestras de pacientes para después hacer crecer las células. Una vez logrado esto, un número determinado fueron colocadas en un “vehículo” y regresadas al paciente. En este caso, dicho vehículo fue una membrana de colágeno, que se adquiere comercialmente.

“Es una investigación interesante y aunque ya se lleva a cabo en varias partes del mundo la nuestra tiene la particularidad y variante de utilizar un tipo de membrana que también se usa en los hospitales para atender pacientes con quemaduras, accidentados o con úlceras causadas por la diabetes”. Esto, agregó Marín González, significa que desarrollar una tecnología con estas bases reduciría mucho los costos del tratamiento y hacerlo accesible a la población.

La primera etapa del proyecto permitió a los investigadores conocer el mecanismo por el cual se debía manipular la célula para su crecimiento y demostrar que su injerto puede regenerar el tejido perdido, ya sea por recesión gingival o por una enfermedad periodontal, producto de la anterior.

Sin embargo, los científicos necesitarán hacer más análisis y probar el procedimiento en un número mayor de pacientes; para ello se necesitarán recursos y una mejor coordinación entre instituciones, puesto que, como refirió la investigadora universitaria, no existe un vínculo signado de colaboración, lo que mantiene a los científicos trabajando con ciertas limitaciones.

Marín González puntualizó que en su experiencia en la clínica universitaria de periodoncia, alrededor de 25 por ciento de los pacientes que atienden sufren de algún grado de recesión gingival, por lo que contar con una tecnología accesible para su tratamiento sería una aportación importante a la labor que llevan a cabo.

“Gran parte de los pacientes que llegan ya tienen una enfermedad severa, porque no buscaron atención antes o debido a que no fue detectada temprano. Llegan en estados avanzados, en el que muchas veces perderán los dientes”, enfatizó.

Isaac Torres Cruz
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.