El dentista ya no me da miedo

Sudores fríos, ansiedad, tensión... Las pesadillas de muchos españoles se pueblan de batas blancas y mascarillas que sólo dejan entrever ojos desconocidos de hombres y mujeres que se acercan con agujas o tornos. Una sensación claustrofóbica, de indefensión, al verse acorralado en un sillón donde se pierde incluso la potestad del grito mientras unas manos ajenas hurgan en su boca.
¿Ha sentido alguna vez una sensación parecida en el dentista? Si su respuesta es afirmativa debe saber que no está solo. Usted forma parte del club de los 'odontofóbicos', es decir, aquellas personas que, por mucho que su dentista les diga que no hace daño, les cuesta horrores ir a la consulta por sus temores. Esta fobia ha pasado a ser tan común que la Organización Mundial de la Salud ha contabilizado que la padecen alrededor del 15% de la población.
Este es un club del que nadie quiere formar parte. Por ello, el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM) ha colgado la bata por un día y ha recurrido a la ayuda de psicólogos para que varios pacientes superen la fobia al dentista.

Esto no es 'La naranja mecánica'

"La idea de este curso viene por una serie de encuestas que hicimos a los madrileños en las consultas. Comprobamos que más de un 50% de los encuestados no se realizaba las revisiones necesarias y acudía sólo cuando el problema ya no podía esperar más, en parte, por el miedo que tenían al dentista", explica señala el doctor Ramón Soto-Yarritu, presidente del COEM.
Para este especialista, "es evidente que no todos sufren odontofobia, que es más fuerte que los típicos nervios que hay cuando vas a ver a cualquier médico. Nosotros, día a día nos encontramos con muchas situaciones de pacientes que tienen verdadera fobia, lo que interfiere en la atención al paciente en ese momento y también en su salud bucodental a largo plazo. Hablamos de personas a las que les cuesta seguir sus revisiones habituales y van poniendo excusas para no ir al odontólogo cuando la revisión semestral es fundamental como medio de prevención", señala Ramón Soto-Yarritu.
Carolina es una de esas pacientes que pone cara a esta fobia y sus problemas. A sus 26 años forma parte del grupo de 24 personas que intentan, con esta charla, superar sus miedos. "Creo que a los dentistas les tengo fobia desde la primera vez que entré en una consulta. Era pequeña y tenía un problema en los dientes y, aunque no me hizo ningún daño, era la situación, su bata, la sala, el olor y los nervios lo que no soportaba", recuerda. Y hasta ahora. "No concibo tener que ir hasta la sala, no puedo con ello, me pongo muy nerviosa y eso me ha llevado a aplazar las citas aun cuando tengo que ir por necesidad. Cuando ya no puedo retrasarlo más voy, pero lo hago forzada, me pone muy nerviosa", explica.
Mariana Segura, psicóloga, directora del centro Espacio Común y profesora del Centro de Negociación y Mediación del Instituto de Empresa, y Delgado Agüera, psicólogo y responsable de formación del primer centro mencionado son los encargados de impartir este curso. Para Segura, "lo bueno de esta fobia es que está centrada en una cosa en concreto. Es como aquellos que tienen miedo a las serpientes o los perros. Peor son aquellos miedos a cosas no concretas", explica.
Por ello, esta especialista se alista en aquella máxima de 'quien quiere, puede' y explica que este tipo de fobias "aun dependiendo de cada paciente, se pueden solventar en pocas sesiones". Sobre todo, cuando no existe una mala experiencia previa, "lo que es bastante normal". "Aunque hay personas que han cogido miedo porque en su momento les hicieron algún daño que les ha dejado 'tocados', la mayoría asocia el dentista con una sensación de dolor o amenaza que es bastante irracional. Todo lo que rodea a la consulta del odontólogo no es doloroso, pero tenemos este miedo porque nuestra cultura lo asocia tradicionalmente con experiencias desagradables y sí, es algo incómodo", explica la doctora Segura.
Eso sí, esta especialista recalca que "probablemente dentro de unos años esto ya no sea así y ya lo veamos como algo normal, algo que ya está pasando, esta fobia cada vez es menos frecuente", comenta.

Enfrentarse a los miedos

¿Y qué se hace para evitarlo? "Para superar este tipo de fobias lo mejor es enfrentarse al problema, pero hacerlo preparado. En este caso hemos puesto en marcha tres grupos técnicas: la primera es de relajación, para que desde antes de ir estén con un nivel de ansiedad menor y luego sepan relajarse en la consulta. El segundo grupo es el de control y gestión de nuestros pensamientos, para que no se piense de manera catastrófica ni ponernos excusas. Por último, vamos a aprender a planificar una agenda y constituir un hábito de ir al dentista, ya que enfrentándonos a ello acabaremos por superarlo", afirma.
Pero no es todo trabajo de los pacientes y los odontólogos pueden poner su grano de arena. "Es necesario que conozcan un poco a sus pacientes y les intenten relajar. Hablarles con serenidad, a algunos dándoles mucha información y a otros menos y que la consulta no ponga nervioso, es decir, el hilo musical es una buena medida y si mantenemos ocupados sus estímulos con otras cosas les podemos relajar", comenta Segura.
Y el último consejo: "Para vencer a una fobia hay que exponerse a ello, pero hacerlo de forma adecuada, así se consigue la desensibilización. Si no estamos preparados se puede dar la resensibilización, en el que si nos enfrentamos a nuestro miedo desde un nivel de ansiedad alta y salimos con una experiencia desagradable ya no habrá forma de volver a la consulta", puntualiza.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/11/28/noticias/1354129460.html
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.