MADRID, 16 (EUROPA PRESS) El 85 por ciento de los pacientes que acuden a las consultas dentales presenta síntomas de bruxismo, una parafunción mandibular persistente que consiste en el frotamiento y rechinamiento dentario sin propósito funcional que produce el desgaste de las piezas dentales.Seguir leyendo el arículo
En general, el bruxismo se presenta de forma ocasional sin que tenga mayor repercusión, pero cuando es continuado termina siendo perjudicial para todo el sistema masticatorio: dientes, encías, músculos y articulación temporo mandibular.
"A nivel dental, se producen desgastes importantes de los tejidos superficiales que sirven de protección al diente. En pacientes con piezas sometidas a una endodoncia [eliminación del nervio], pueden aparecer fracturas múltiples por el exceso de presión, que en caso de que el paciente tenga coronas, puentes o carillas, implica casi siempre la extracción de las piezas dentales. En los casos en los que haya un debilitamiento óseo en los maxilares, el bruxismo acelerará el proceso hasta la pérdida definitiva del hueso", afirma la cirujano dentista y directora general de la Clínica Benalal, Carolina Benalal.
CAUSAS Y TRATAMIENTO
El exceso de estrés es el principal causante de esta patología, ya que la presión diaria deriva en una necesidad de liberar tensiones durante el sueño nocturno, siendo nuestros dientes los principales afectados. También los desequilibrios oclusales favorecen un mal engranaje de los dientes, lo que obliga al organismo a intentar desgastar esas interferencias para conseguir una mejora en la oclusión.
Los tratamientos se centran en frenar los efectos perjudiciales mediante la restauración de una o más piezas dentales y la utilización de férulas de descarga, unas prótesis de plástico o resina que se ajustan perfectamente a las arcadas dentarias, con el fin de evitar que los dientes choquen entre sí y desgasten de las piezas dentales.
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