Madrid, 17 nov (EFE).- Los fumadores no sólo tienen tres veces más riesgo de sufrir periodontitis y de que ésta progrese más rápidamente, sino que en estas personas se suele retrasar mucho más el diagnóstico y, por lo tanto, la puesta en marcha del tratamiento más oportuno para esta enfermedad.
Ésta es una de las principales conclusiones que se extraen del documento que ha presentado hoy la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), dentro de su campaña "Cuida tus encías".
El doctor David Herrera, vicepresidente de SEPA, ha indicado que la respuesta a las bacterias en la boca de los fumadores puede estar alterada debido a los efectos del tabaco en la vascularización, lo que explica la reducción de signos inflamatorios y un menor sangrado en sus encías.
Por lo tanto, en estas personas es más común que se enmascare la enfermedad, al ser menos frecuente y patente uno de los principales signos de alarma que llevan a muchas personas a consultar a su odontólogo, como es el sangrado de las encías.
"El mensaje es claro: si se es fumador, no hay que confiarse en que las encías están sanas aunque no sangren", ha recalcado Isabel Santa Cruz, investigadora de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid.
Herrera ha explicado que la cavidad bucal es una de las localizaciones donde más claramente se manifiestan los efectos del tabaco, ya que constituye su puerta de entrada obligada en el organismo y al efecto de los productos tóxicos se une el efecto físico o térmico.
El humo de los cigarrillos está compuesto por unos 4.000 constituyentes que son farmacológicamente tóxicos, mutagénicos y carcinogénicos.
Los fumadores tienen mayores niveles de bacterias patógenas en el periodonto y presentan una disminución de las defensas de la encía frente al ataque bacteriano, lo que se asocia con un importante aumento en la susceptibilidad a sufrir una infección periodontal.
Santa Cruz ha calificado al tabaco como uno de los más importantes factores de riesgo ambientales y modificables de padecer enfermedad periodontal y pérdida dentaria.
Los diferentes elementos que dañan a los fumadores son una mayor presencia de patógenos bucales, una menor cantidad de células del sistema inmune, la existencia de alteraciones en los fibroblastos y una menor vascularización de la encía.
Rafael Magán, vocal de la Junta Directiva de SEPA, ha señalado que la encía del fumador recibe un menor aporte sanguíneo y de oxígeno, a la vez que disminuyen sus mecanismos defensivos de la placa bacteriana.
Esto justifica que las bacterias dañinas produzcan una mayor destrucción del conjunto de elementos de sujeción del diente, ha apuntado el experto.
Las enfermedades periodontales son patologías infecciosas que afectan al periodonto, es decir, a los tejidos que sostienen a los dientes.
El doctor ha apuntado que hay dos grandes grupos de dolencias periodontales. Cuando se afecta únicamente la encía, causando un proceso inflamatorio reversible, se denomina gingivitis.
Si la gingivitis se mantiene mucho tiempo y además confluyen otros factores -genéticos, ambientales o locales- se inicia la periodontitis, conocida como piorrea, en la que, además de la inflamación de la encía, se produce una destrucción más profunda que afecta a otros tejidos.
Las consecuencia más importante es la pérdida de dientes, lo que produce efectos estéticos y sobre funciones básicas como la masticación, pero, además, puede causar sangrado de encías, mal aliento, retracción, movilidad de dientes y dolor.
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