SANTIAGO, Febrero 18.- En nuestra sociedad el poder de la imagen es fundamental, así que te imaginas lo traumático que puede resultar que alguien te diga que tu boca huele mal. De partida, puede que te ruborices y que busques explicaciones al respecto, pero qué sucedería si ese mal olor te persiguiera a diario.
Como verás, se trata de una pesadilla, y lo más grave es que hay personas que viven con ello sin que nadie se los haya dicho, lo que agrava mucho más la situación. Como es el caso de Eduardo de 35 años, quien se desempeña como asesor en una embajada.
“Me di cuenta de que padecía halitosis porque mi pareja me lo dijo, aunque le costo decirlo porque era algo muy íntimo, y yo nunca me di cuenta. En ese momento me preocupé, pensé en mis compañeros de trabajo, sobretodo porque yo trabajo en protocolo y veo gente todo el tiempo, y en mi pareja, quizás cuanta gente sintió el olor y nunca me dijo nada”, señala.
De modo que más allá de lamentarse, tomó de inmediato cartas en el asunto: “Primero fui a un gastroenterólogo y me comentó de una máquina que identificaba de donde provenía el problema y que seguramente era dental. Fui al dentista, me hice el test del halimeter y el especialista me puso en tratamiento. Tenía un problema en las encías, que se llama periodontitis”, concluye.
Pero diferente es el caso de Julia de 41 años, ya que es su marido con el que lleva 16 años de matrimonio, quien padece el mal aliento: “Nunca le he dicho directamente porque lo puedo avergonzar, pero le he sugerido que vaya a un especialista para tratar esta molestia sin especificarla. Yo creo que el sabe, porque vive con pastillas de menta pero no se trata ni lo habla con nadie”, comenta.
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