En un estudio realizado en 1977 se evidenció una disminución en la incidencia de caries en los molares primarios que fueron limpiados con hilo diariamente durante 20 meses por asistentes de la investigación. Por ello se concluye que el uso correcto del hilo constituye un método eficaz para la prevención de las caries y de las enfermedades periodontales.
De acuerdo con los sitios mencionados anteriormente, presentamos el decálogo de la correcta utilización del hilo dental. Tomarlo en cuenta y ponerlo en práctica, de preferencia bajo la supervisión de un especialista, es de enorme importancia, pues su uso inadecuado causa más daños que beneficios.
Corte aproximadamente 50 centímetros de hilo dental y enrolle la mayor parte en uno de sus dedos medios.
El resto del hilo se enredará en el mismo dedo de la mano opuesta, de modo que ayude a sostenerlo. En él se enredará paulatinamente la seda dental ya usada.
Tense un trozo de hilo dental de dos a tres centímetros utilizando sus dedos pulgares e índices.
Introduzca el hilo entre sus piezas dentales mediante un suave movimiento de vaivén.
Cuando llegue al borde de las encías, el hilo se curvará en forma de "C" contra uno de los dientes y tendrá que deslizarse suavemente en el espacio entre la encía y el diente hasta que note resistencia.
Aunque el hilo está diseñado para evitar lesiones, nunca lo friccione violentamente contra las encías.
Frote el hilo dental contra el diente para eliminar los restos de alimentos y de placa con un movimiento similar al empleado para bolear los zapatos.
Preferentemente, inicie por la base de la pieza (desde la encía) y diríjase paulatinamente al exterior.
Repita estos pasos con el resto de los dientes y muelas, utilizando un trozo limpio de hilo para cada uno.
Una vez terminada esta operación, cepille sus dientes con pasta dental y enjuague su boca.
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