¿Cómo prevenir el desgaste dental?

Es común observar a personas con dientes quebradizos o con pequeñas fracturas en el esmalte. De hecho, el desgaste dental es un problema que afecta a más de la mitad de la población, y sus causas son bastante variadas.
Aunque suele ocurrir en toda la arcada dentaria, este problema es más notorio en los dientes frontales, lo que perjudica la estética facial y puede reducir la confianza de una persona.

Sin embargo, el cuidado con las piezas dentales no sólo es importante por cuestiones de belleza, sino principalmente por la salud, ya que dientes sanos son fuertes, no provocan dolor y pueden evitar otras enfermedades generalizadas.

 

Se le conoce como desgaste dental a la pérdida del esmalte que recubre y protege los dientes de diversos factores. Eso puede generar infecciones y afectar a la encía, dejando “la puerta abierta” para la entrada de bacterias en el cuerpo.

Además de mantener la higiene bucal, es importante conocer los hábitos que pueden comprometer la sonrisa saludable y brillante. Te explicamos los tres tipos de desgaste más comunes. La mejor manera de asegurar la salud bucal es prevenirlos.

Erosión: es bastante común y suele aparecer con la edad. La erosión moderada no debe ser un problema, sin embargo, casos más severos pueden resultar en dolor o sensibilidad. El desgaste fisiológico se da por los movimientos circulares de la mandíbula, ocasionando que los dientes rocen entre sí afectando directamente las coronas dentarias. Los casos más extremos de la atrición son causado por el bruxismo (el rechinar involuntario de los dientes).

Abrasión: es ocasionada por sustancias tales como ácidos gástricos, medicamentos, determinados alimentos, etc. que afectan tanto al esmalte como las encías, lo que puede hacer que los dientes se vuelvan más sensibles a distintas temperaturas y también provoca que ellos estén más propensos a las caries.

Fricción: si se emplea demasiada fuerza a la hora de cepillarse los dientes, se puede provocar el desgaste por fricción, sobre todo cuando el cepillo tiene cerdas duras en lugar de suaves. Eso conlleva a la pérdida del esmalte, ocasionando sensibilidad y disminuyendo la protección contra bacterias.

Pese a que el desgaste de las piezas dentales suele aparecer con el paso de los años, algunas prácticas sencillas ayudan a postergar y reducir los daños. Mantener una buena alimentación, acudir cada seis meses al dentista y mantener una higiene oral adecuada son algunos factores que auxilian a lucir una sonrisa saludable por más tiempo.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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