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» ¿Por qué reponer un diente que falta?
Tenemos 32 dientes, 16 arriba y 16 abajo. De su perfecto orden y función, dependen la belleza de una sonrisa, hablar bien y una alimentación correcta. Cuando falta un diente se produce los siguientes hechos:
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-La estética se ve alterada. La sonrisa pierde simetría, especialmente si se enseñan los dientes al sonreír. La mejilla y el labio se hunden. La cara pierde su belleza y aparece envejecida.
-La pronunciación de las palabras, que precisan del apoyo dentario de la lengua, está modificada. Al hablar pueden aparecer silbidos y también escaparse la saliva.
-La trituración del alimento se modifica y la digestión puede verse perjudicada pues el bolo alimenticio no se mezcla con la saliva correctamente.
-Los dientes que quedan se desplazan y las fuerzas no se reparten adecuadamente. Aparecen espacios entre los dientes remanentes que retienen comida. Como consecuencia aumenta el riesgo de caries y de periodontitis.
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-Al faltar un diente en un lado, se tiende a masticar por el otro. Esta asimetría de función dará alteraciones óseas, musculares y articulares especialmente si el paciente hace bruxismo (aprieta o rechina los dientes). Si además es una persona joven, los huesos de la cara y los dientes se desarrollarán más rápido en el lado de mayor función.
Por lo tanto se producen las siguientes alteraciones por la asimetría de función:
Desarrollo asimétrico de huesos y dientes en formación. Especial atención merecen los niños en el cambio de dentición, pues deben masticar por ambos lados.
Hipertrofia y en ocasiones dolor de los músculos del lado que más trabaja.
Alteraciones en las articulaciones que relacionan la mandíbula con el cráneo (articulaciones temporomandibulares). La función asimétrica distribuye mal las cargas y pueden producirse desde desplazamientos del disco articular hasta inflamación y fenómenos de artrosis. Puede aparecer dolor de oído, próximo a la articulación afectada, ya que fibras nerviosas como la cuerda del tímpano, salen del oído medio y pasan por detrás de la articulación temporomandibular.
Por todo lo anterior es importante reponer un diente perdido, y cuanto antes mejor. Con el paso del tiempo el hueso de la encía edéntula se reabsorbe, lo que empeora la estética y dificulta la reposición. Se repone un diente mediante prótesis dental. Las prótesis dentales pueden ser:
Fijas: mediante implantes de titanio o bien pegadas a los dientes contiguos mediante fundas (coronas)
Removibles de quita y pon.
El ideal son las prótesis fijas pero las removibles deben contemplarse al menos provisionalmente hasta que llega la oportunidad de colocar una prótesis fija.
¿Quién puede reponer un diente?
El dentista (odontólogo o estomatólogo) es el único legalmente capacitado para reponer un diente. Él posee los datos clínicos, radiografías y analíticas suficientes para decidir y diseñar qué tipo de prótesis es el ideal para cada paciente. Solo él está preparado para decidir en qué momento colocarla, aunque precisa de la participación de un protésico dental para terminarla. La relación entre dentista y protésico debe ser estrecha y la comunicación fluida, para que las indicaciones se transmitan con claridad.
Precios
La variabilidad de los precios de las prótesis dentales depende de la cualificación y experiencia del profesional así como de la calidad de los materiales. La duración de la prótesis también depende de estos dos factores. Por regla general las prótesis fijas son más caras que las prótesis removibles.
Higiene y cuidados
El paciente con prótesis, precisa de una higiene meticulosa mediante el uso de la ducha dental, la seda dental, el cepillo interdental y el cepillo eléctrico o convencional. La prótesis removible se limpia después de cada comida, sacándola de la boca y aplicando un cepillo de uñas con jabón. No es preciso colocarla en un vaso con agua durante la noche. El cepillo de dientes eléctrico o convencional y la pasta dentífrica son para los dientes naturales, las encías, el paladar y la lengua.
Las revisiones periódicas por el dentista son imprescindibles cada seis meses, en todo paciente portador de prótesis dental.
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