Pérdida de dientes provoca desnutrición y obesidad

La "mortalidad" dental en adultos, o pérdida de dientes naturales por caries, deteriora la capacidad masticatoria y propicia desnutrición y sobrepeso en personas mayores de 50 años. Debido a las caries y a la enfermedad periodontal, el promedio de piezas en adultos en ese rango de edad es de 19, cifra por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Perder un diente es una deficiencia orgánica, que se convierte en una discapacidad cuando impide masticar adecuadamente los alimentos.

"Para tener una buena función masticatoria, la OMS considera que se deben conservar, al menos, 20 dientes naturales de los 28 ó 32, incluyendo los terceros molares o muelas del juicio", explica Gloria Alejandra Moreno Altamirano, investigadora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
La capacidad masticatoria aumenta el flujo sanguíneo, estimula la actividad neuronal del cerebro e incrementa el flujo salival, fundamental para la salud bucal. Perder un diente es una deficiencia orgánica, que se convierte en una discapacidad cuando impide masticar adecuadamente los alimentos.
"Estar ´chimuelo´ puede convertirse en una minusvalía que deriva en aislamiento social pues, por pena, algunas personas ya no conviven ni van a fiestas; prefieren comer solas porque tienen que moler o picar sus platillos, o quitarse la dentadura postiza para alimentarse", señala Moreno Altamirano.

Las mujeres pierden más dientes

Al estudiar la dieta de personas con deficiencia masticatoria por mortalidad dental, la investigadora detectó que, independientemente del nivel económico, existe menor variedad de alimentos que contienen proteínas. "Lo primero que dejan es la carne, y sustituyen los alimentos crudos por blandos, muchos de ellos ricos en carbohidratos, o no cumplen con el contenido nutricional de una dieta adecuada", detalla la investigadora.
Las mujeres pierden piezas antes, y en mayor cantidad que los hombres, porque en ellas aparecen primero los dientes permanentes.

Si bien la mortalidad dental en adultos por caries y enfermedad periodontal no respeta nivel económico, edad, ni sexo, su incidencia es diferenciada. Los adultos con nivel socioeconómico bajo, corren un riesgo casi tres veces mayor de tener menos de 20 dientes naturales que las personas adultas con un nivel medio. Por otra parte, los individuos mayores de 50 años corren un riesgo siete veces mayor de sufrir pérdida dental que los menores de esa edad. En cuanto al sexo, las mujeres pierden piezas antes, y en mayor cantidad que los hombres.

Un estudio en infantes realizado por Moreno Altamirano señala que la diferencia reside en que las niñas tienen más caries que los niños, porque en ellas aparecen primero los dientes permanentes. "También es probable que para las mujeres, que asisten con más frecuencia al dentista que los varones, pero que no disponen de recursos para tratamientos odontológicos, la única opción sea la extracción", opinó.

En sus investigaciones, la universitaria también encontró que las personas que sienten la boca seca tienen, en promedio, menos dientes (16) que las que no experimentan esa sensación (21). "Éste es un círculo vicioso: entre menos piezas, la masticación es más deficiente, hay menos estimulación de las glándulas salivales y, por ende, menos saliva (hiposalivación) y más sensación de boca seca; si no hay suficiente saliva, el ambiente bucal es más ácido y propicio para que se empiecen a cariar los dientes restantes", detalla la especialista.

Esos factores también impiden integrar adecuadamente el bolo alimenticio para su fácil deglución; al comer carne, por ejemplo, ésta se hace pastosa. Estudios efectuados con del IMSS y pacientes ancianos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, detectaron que quienes usan dentaduras postizas tienen problemas masticatorios porque 80 por ciento de esas prótesis están mal ajustadas.

Mostrar los efectos de la pérdida de dientes

De acuerdo con un cuestionario elaborado por la universitaria para evaluar la capacidad masticatoria y su impacto en la calidad de vida, las personas con este tipo de prótesis tienen porcentajes más desfavorables. "Esperamos que el Cuestionario de Capacidad Masticatoria sea utilizado en centros del sector Salud para detectar problemas bucales y remitir a pacientes al servicio odontológico", planteó.

Próximamente, esta investigadora iniciará un estudio sobre políticas de salud bucal en México, para saber qué se hace en ese sector a nivel preventivo y terapéutico, pues aunque se ha generalizado la política de no extraer piezas, normalmente se ofrecen tratamientos para caries incipientes y amalgamas, pero no endodoncias o incrustaciones.

"La pérdida por caries o enfermedad periodontal se puede prevenir con campañas en las que no sólo se recomiende higiene dental, sino también se muestre el impacto que tiene en la capacidad masticatoria, así como la necesidad de conservar los dientes para evitar enfermedades", concluyó Moreno Altamirano. (Con información de unam.mx)
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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