Y es que las facultades son ya auténticas clínicas totalmente equipadas, donde los estudiantes realizan sus prácticas con pacientes reales, a precios considerablemente menores de los que se pueden encontrar en la calle, que pretenden compensar la falta de experiencia.
Sólo en la ciudad de Valencia hay cuatro de estas clínicas, que corresponden a la Universitat de València, el CEU Cardenal Herrera, la Universidad Europea de Madrid (UEM) y la Universidad Católica de Valencia (UCV). Todas, excepto la clínica de la Universitat, han experimentado un incremento de pacientes considerable en el último año. En el caso del CEU, el aumento con respecto al curso pasado ha sido del 15% y atienden ya a más de 3.500 pacientes al año. La UEM, que es la más reciente, tiene ya a casi 200 pacientes a la semana que acuden para realizarse todo tipo de tratamientos; pero sin duda es la Universitat de València la más demandada, con una lista de espera de 1.500 pacientes aproximadamente. Asimismo, la Universidad Católica ha experimentado un incremento del 22,5% y cuenta ya con casi 2.500 pacientes nuevos al año. En lo que llevamos de 2013 han atendido casi 900 visitas, por lo que aseguran que la tendencia de crecimiento se mantiene.
¿Hay negocio?
Pese a que se trata de instituciones académicas cuyo objetivo único es la docencia, la sombra del lucro planea cada vez más bajo por este tipo de clínicas. El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia, Enrique Llobell, aseguró a este diario que «siempre se han atendido pacientes en las universidad como parte de la formación» pero rechazó de pleno que se pretenda hacer negocio con este tipo de asistencias.
«Estamos totalmente en contra de que las universidades se puedan lucrar con estas clínicas», sentenció. Y destacó que el nivel de asistencia que se puede dar en una clínica universitaria «jamás» será el mismo que el que puede otorgar un dentista titulado.
Según ha podido saber EL MUNDO, algunas de estas clínicas han tenido que contratar a odontólogos ya titulados para poder dar asistencia en periodos en los que no hay alumnos —exámenes y vacaciones—. Todas coinciden en afirmar que las tarifas que cobran a los pacientes sirven para sufragar los gastos de material y mantenimiento de las instalaciones, por lo que reinvierten todos los beneficios. De hecho, algunas están constituidas como fundaciones. No obstante, los dentistas titulados están ojo avizor con las clínicas universitarias para que no se produzcan situaciones de competencia desleal en el mercado.
Mientras, los pacientes, ajenos a la problemática y preocupados, sobre todo, por sus bolsillos, optan cada vez más por los dentistas en prácticas. Los precios y la seguridad que intentan vender las universidades —-«los estudiantes están acompañados de dentistas titulados»—- son algunas de las claves del éxito. Aunque, como siempre, lo que más está funcionando es el «boca a boca».
Las tarifas
Universitat de València. Tiene los precios más parecidos a la calle. Un empaste ronda los 30 euros, la ortodoncia invisible, unos 3.000 euros. El director de la clínica, José Manuel Almerich, asegura que tienen mucho cuidado con los precios para no perjudicar a los profesionales.
CEU Cardenal Herrera. Los servicios de revisión, diagnóstico, presupuesto y limpieza son totalmente gratuitos. Los empastes cuestan sobre unos 25 euros, los tratamientos de Endodoncia unos 120.
UEM. No han querido proporcionar un listado de tarifas aunque en la web anuncian limpiezas y fluorización gratuitas.
Universidad Católica. No ofrecen ningún tratamiento de manera gratuita pero tienen precios ajustados. Limpiezas a 10 euros y empastes entre 25 y 40 euros.
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