Con esto concuerda la especialista en ortodoncia y odontopediatría Alice Gómez Nan. Dice que “como es la última muela, la que está más atrás, no cuenta con el espacio suficiente y eso hace que salga en una mala posición y busca donde haya espacio, hacia dentro o hacia fuera para alojarse. Esto se llama posición ectópica, es decir, fuera de la posición normal”.
Aunque también se las conoce como terceros molares o cordales, muelas del juicio es el nombre más popularizado y el cual se atribuye a la edad en la que comúnmente aparecen (18 años). “A esa edad en la que las personas se convierten en adultos y ya tienen mayor capacidad de raciocinio, tienen juicio”, comenta Gómez Nan. Indica que las personas tienen tres molares. El primero aparece a los 6 años; el segundo, a los 12; y el tercero desde los 15, “pese a que por lo general es entre los 18 y 25 años e incluso puede no aparecer, sino quedarse retenido”.
Manifiesta que si la muela se queda retenida, bajo el hueso o la encía, “es porque hay madres que les dan mucho calcio a los niños hasta los 8 o 10 años, pero ya a esa edad los dientes están formados y el único que todavía no lo está, sino que continúa en etapa de calcificación, es el tercer molar. Esto ocasiona que se forme una capa de hueso alrededor de ese molar, la pieza se queda anquilosada al hueso y no erupciona”.
Por lo general, las muelas de juicio salen en forma sucesiva, las dos inferiores y luego las dos superiores o viceversa.
Además del fuerte dolor, según Gómez Nan, la falta de espacio también puede generar el apiñamiento de los dientes incisivos inferiores, es decir, “los mueve y los pone en mala posición”. Cuando empieza a erupcionar la muela del juicio se puede presentar dolor de cabeza, de oído; pericoronitis, que es la inflamación de la zona donde va a erupcionar el molar; fiebre, hinchazón del rostro e incluso infección en el área por restos de comida.
Barrera comenta que cuando el paciente presenta mucho dolor lo recomendable es acudir a un especialista para que remueva la muela, y añade que “mientras los terceros molares salgan en buena posición y haya una buena oclusión dentaria, no hay que hacer cirugía. La pieza debe salir en posición recta, hacia abajo”. ¿Qué pasa cuando esto no sucede? En muchos casos, las muelas cordales nacen en forma horizontal. Técnicamente, explica Gómez Nan, esta posición se denomina mesioangular o distoangular. Si este es el caso, es mejor operar porque están en una posición perpendicular a la pieza de al lado (el segundo molar).
Según la ortodoncista y cirujana maxilar Cynthia Meier, “cuando una parte de la corona del tercer molar está pegada al segundo molar la asepsia es más complicada y se producen caries por restos de alimentos que se quedan alojados en ese espacio”. Con ella coincide Gómez Nan. “Puede generar la aparición de caries porque se empaqueta comida a falta de una buena higiene en el área”.
Las tres especialistas afirman que de las cuatro muelas del juicio que erupcionan las dos inferiores son las que mayores problemas desencadenan. Barrera comenta que si el tercer molar inferior tiene una posición adecuada se puede hacer una simple extracción sin necesidad de suturar. Pero esto depende del especialista. En su caso, ella prefiere suturar siempre “para que el paciente tenga la comodidad de comer bien los alimentos y no tener el riesgo de que ingresen residuos en la cavidad”.
Por su parte, Meier define el problema así: “En el maxilar superior el hueso es menos compacto y es más fácil la extracción. En cambio, el maxilar inferior por estar en la mandíbula –que es el único hueso móvil de la cabeza– es mucho más fuerte, el hueso más compacto y la muela no puede salir fácilmente”. En tanto que Gómez Nan dice que al tener un espacio más cerrado para brotar las inferiores son las que mayores problemas causan. Al igual que Barrera sostiene que siempre es necesario suturar para evitar el ingreso de restos de comida, “aunque en las muelas cordales superiores, por tener mejor posición y espacio, se realiza una extracción común y corriente”. Esto significa que no es necesario coger puntos.
La cirugía de tercer molar requiere de un corte con bisturí y muchas veces incluso romper el hueso o de tener que seccionar la pieza y sacarla por partes, agrega. Por este motivo, quien debe encargarse de removerlos es un cirujano dentomaxilar.
Cuando hay inflamación y dolor es mejor tratar con analgésicos o antiinflamatorios para que estos disminuyan, ya que cuando hay hinchazón la anestesia no suele tener el mismo resultado. No obstante, Barrera resalta que “si el dolor es insoportable para el paciente, hay que intervenir de urgencia”. Como tratamiento posterior a la intervención, las odontólogas recomiendan a los pacientes llevar una dieta blanda, reposo mínimo por dos días, ingerir bebidas frías y tomar los analgésicos prescritos.
Datos
El tiempo que tarda una cirugía de terceros molares es de quince minutos a una hora y media, dependiendo de la gravedad del caso.
Tras la cirugía se recomienda reposar para evitar hemorragia, no fumar, tomar antiinflamatorios, no realizar actividad física y aplicarse compresas frías o bolsitas de hielo.
|