La planta del té tiene defensores que la califican como el remedio contra muchos males y, al mismo tiempo, detractores que niegan sus propiedades curativas.
Muchos estudios clínicos aseguran que el té previene enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cánceres, la aparición de caries y el envejecimiento prematuro de la piel. Además, aumenta la capacidad de concentración; combate el estrés, el cansancio y los dolores de cabeza; y favorece la eliminación de grasa y toxinas.
El té con más cantidad de principios activos es el té verde. Como se elabora con las hojas cocidas al vapor que luego se secan, sufre un proceso más corto que el del té negro, por eso contiene más cantidad de antioxidantes. El té verde, que es el menos fermentado de los tés, previene enfermedades cardíacas y hepáticas, reduce la capacidad de generar cáncer.
El té verde en polvo, que se usa en las ceremonias del té y se llama Matcha, contiene taninos con propiedades antioxidantes 20 veces más efectivos que la vitamina E y 200 veces más que la vitamina C. Además, su fluoruro fortalece los huesos y ayuda a aliviar alergias, combate virus y bacterias, baja el colesterol y la presión arterial.
Muchas culturas como la china, la japonesa y la británica consumen té con mucha frecuencia. Es la segunda bebida más consumida después del agua.
El té es el consejo compartido por muchos para aliviar dolores y pesares.
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