Las enfermedades bucodentales, como la caries, la periodontitis o los cánceres de boca y faringe, son un problema que avanza en sociedades con alimentaciones desequilibradas por cuestiones de hábitos, pero sobre todo en los sectores más marginales. Esta situación en muchos casos culmina con la pérdida de dientes, sin embargo las prótesis dentarias e implantes odontológicos no están contemplados en los planes de salud, es decir que el Estado no lo brinda como servicio y la mayoría de las obras sociales sólo cubre un porcentaje.
La falta de piezas dentarias se puede observar a diario, fundamentalmente es más notorio en las personas más carenciadas, en primera instancia por la falta de recursos para acceder al tratamiento que es muy costoso, pero también está vinculado a la alimentación recibida, sobre todo durante la infancia.
En este sentido, El Diario dialogó con Patricia Monasza, subsecretaria de Salud de
Respecto de la vinculación de la temática odontológico con la pobreza, Monasza agregó: “Se ve en todos lados, pero obviamente el sector más vulnerable no tiene acceso a las obras sociales que quizás te pueden cubrir la parte odontológica, y así y todo no te cubren el 100 por ciento, tenés que tener muy buenos ingresos porque hoy un implante te sale 3 mil pesos, si una familia tuvo una mala alimentación, o consumió cierta medicación o tuvo algún otro problema, no va a poder afrontar todo el gasto que implica.”
Por qué aumentan los casos
Las causas de los incrementos de este problema se deben, sobre todo, al creciente consumo de azúcares, una exposición insuficiente al flúor, falta de hábitos de higiene, falta de calcio y micronutrientes, tabaquismo. "En muchos países en desarrollo, el acceso a atención sanitaria bucodental es limitado; a menudo los dientes o no se tratan o son extraídos", explica en un informe Poul Erik Petersen, coordinador del programa mundial de
Asimismo, según el informe de
El Diario también consultó una nutricionista, la licenciada Claudia Espinosa del Área Externa del Hospital Isola, quien sostuvo: “El exceso de hidratos de carbono simple genera caries dentarias, y la carie no tratada lleva a la extirpación de la pieza dental, la gente que tiene recursos económicos puede hacerse perno y corona y reemplazarlo pero la gente de bajos de recursos no. La falta de pautas higiénico dietéticas lleva a la pérdida de las piezas dentarias, el elevado consumo de azúcares perjudica. También una persona que no tiene la dentadura completa está limitada en el consumo de alimentos que puede realizar, porque no puede masticar adecuadamente y necesita de otro tipo de consistencia, esto lleva a que pueda tener riesgo de bajo peso.”
Un estudio concreto
En la localidad bonaerense de Boulogne realizaron un estudio práctico de casos en colegios, según un relevamiento realizado por los maestros de un Centro de Apoyo Escolar (CEPA) que funciona a contraturno, donde los niños además de realizar actividades educativas reciben dos raciones de comida diaria (desayuno y almuerzo o almuerzo y merienda), encontraron que la mayoría de ellos no se lavan los dientes por falta de cepillo y pasta dental.
Por otro lado, a más del 90 por ciento se les recomendó una visita odontológica por presencia de caries, dentadura en mal estado, ausencia de piezas dentales en niños mayores o jóvenes (dentadura definitiva).
Es decir, que tanto a nivel internacional, como nacional y local, la situación de pobreza afecta a jóvenes, niños y adultos que, entre tantas otras consecuencias, culminan con la pérdida definitiva de sus piezas dentarias, la única manera de volver a contar con la dentadura completa es a través de implantes dentarios, costo inalcanzable para la mayoría de la población, ya que una sola pieza ronda en los 3 mil pesos.
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