Las enfermedades bucodentales son un problema que afecta a la población en general, que sufre de problemas como caries, gingivitis o periodontitis. Pero si a esto se agrega que el paciente tiene alguna discapacidad en su desarrollo y necesita ayuda para su cuidado personal, se enfrenta un doble problema.
Así lo explicó la higienista dental Leticia Reyes, invitada internacional para el Congreso Odontológico Internacional FOLA 2010, quien afirmó que en los pacientes con alteraciones motoras y neurológicas como el síndrome de Down, autismo o parálisis físicas o cerebral hay una mayor prevalencia de enfermedades bucales que en pacientes normales.
“Generalmente estas personas no son autosuficientes y tienen algo adicional: no permiten el cepillado fácilmente, no entienden la necesidad del cepillado y dependen de proveedores de cuidado para cepillar sus dientes todos los días; así que están más expuestas a contraer enfermedades bucales”, aclaró Reyes.
Esta higienista dental, quien ofrece asistencia en el área odontológica a un sistema de servicio social para personas con discapacidades del desarrollo, señala que en estos casos hay que trabajar sobre lo básico y es muy importante la atención temprana, con el objetivo de cambiar problemas de conducta o utilizar técnicas para familiarizar al paciente con la higiene bucal.
“Cuando los niños presentan una discapacidad hay que hacer una intervención temprana y proveer entrenamientos y técnicas a los padres para familiarizarlos con la higiene bucal. Muchos niños tienen hipersensibilidad en la boca y por eso es importante comenzar desde que tienen un año –a veces antes– a ir tocando sus encías y entrando el cepillo en su boquita poco a poco para que no tengan esa hipersensibilidad oral”. A diferencia del paciente común, quienes tienen necesidades especiales tardarán un poco más de tiempo en acostumbrarse al proceso de higienización. Primero aprenderán a usar el cepillo, luego el hilo dental y finalmente enjuagues bucales especiales.
Este es un trabajo multidisciplinario en el que intervienen el médico del paciente, las enfermeras, el odontólogo, sus padres y proveedores de servicios.
Medicamentos especiales. Según explicó Reyes, cuando las personas tienen una discapacidad leve pueden usar productos regulares, aunque no así cuando la discapacidad es mayor. “Mi experiencia es con personas con retraso severo, con quienes hay que usar productos especiales porque no saben enjuagarse la boca, no saben escupir, así que tenemos que usar productos sin alcohol y sin azúcares”, dijo.
Una de las tecnologías nuevas aplicadas en estos casos es el uso de xilitol, azúcar natural extraída de algunas frutas y utilizada en la elaboración de pastas y enjuagues bucales, la cual impide que las bacterias se adhieran a los dientes. Con esto se reduce la exposición de los dientes en estos pacientes.
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En Estados Unidos ya pueden encontrarse chicles, pasta dental y caramelos que contienen xilitol, los cuales, según varios estudios, han dado muy buenos resultados en la prevención de caries. En las investigaciones, realizadas mayormente en niños, los consumidores de xilitol desarrollaron menos caries que quienes recibieron placebo o no recibieron tratamiento. Otros estudios sugieren que el uso de xilitol por las madres de recién nacidos también proporcionaría protección a los niños.
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