El proyecto de investigación con células madre llevado a cabo por los cirujanos lucenses Joaquín Mendonça y Pedro Juiz no sólo ha logrado despertar el interés de la comunidad médica internacional por una técnica pionera, además, ha permitido a los tres pacientes que participaron en el estudio ganar calidad de vida de forma evidente. Todos recuperaron la funcionalidad de la mandíbula y, por tanto, la posibilidad de masticar y comer con normalidad.
En los tres casos tenían una funcionalidad muy limitada, con hinchazón en la cara y dificultades para mover la mandíbula, lo que, como explica el doctor Juiz, dificultaba «comer otra cosa que no fuera un yogur». Tras la regeneración de la zona con células madre, pudieron abandonar la dieta blanda.Al margen de mejorar la movilidad, la nueva terapia permitió una regeneración total de la zona a nivel estético. No es posible detectar el problema previo de los pacientes, según indicó el doctor Mendonça.
Aunque la investigación es de ámbito privado -llevada a cabo desde Polusa en los últimos 15 años y con la intervención de la empresa norteamericana Aastrom, única con licencia para el cultivo de células madre adultas- contó con el preceptivo permiso de Sanidad, que incluía una estricta cláusula de confidencialidad para los pacientes. Mendonça puntualizó que, ni aunque los propios enfermos quieran darse a conocer, pueden hacerlo. Pese a todo sí se explica que son tres varones con distintos problemas de falta de hueso en la cara y que no disponían de otro tratamiento alternativo.
Uno de ellos es un hombre que tenía una invalidez permanente y que, en la actualidad, ya se ha incorporado a la vida normal. Había sido sometido a radiación contra un tumor y tenía pérdida ósea y de tejido severa, de forma que era candidato a un transplante de cara. Recuperó hueso, piel, vasos sanguíneos, nervios y glándula parótida y, además, sin rastro evidente de su situación anterior. «Las células madre parecen haberse ‘comido’ las cicatrices», dice Mendonça.
Otro de los tratados fue un paciente que había sufrido un politraumatismo, con muy distintas fracturas, que consiguió regeneración de hueso y de terminaciones nerviosas. Por último, el tercer intervenido fue un paciente con una pérdida masiva de hueso por causas naturales, algo que puede ser causado por enfermedades como la piorrea, por ejemplo.
En los tres casos, se trataba de enfermos que convivían con un fuerte dolor, desfiguraciones evidentes y funcionalidad de la mandíbula muy limitadas, algo que se ha logrado evitar.
REACCIONES |
El desarrollo del proyecto de investigación de los cirujanos de cabeza y cuello Mendonça y Juiz supone un motivo de esperanza para muchos enfermos en situación similar a los que participaron en el estudio, que en la actualidad no disponen de alternativa válida para su situación. Mendonça reconoce que han recibido «muchas cartas de personas de todo el mundo que no encuentran tratamiento». Sin embargo, los dos facultativos recuerdan que se trató de un estudio realizado a nivel privado, largo y costoso y que, de hecho, en la actualidad está parado. Ambos tienen intención de continuar con esa línea de trabajo, para lo que resulta imprescindible que la empresa Aastrom o una de similar actividad reabra su sede en España, ya que en la actualidad la de Barcelona está cerrada. «Es cierto que la fase de crecimiento de las células madre tiene lugar en el plazo de doce días, pero el producto no puede tardar más de dos horas en ser implantado porque si no pierde propiedades, por lo que la proximidad del centro es imprescindible», puntualiza Juiz. En caso de volver a contar con una firma con licencia para el cultivo de células madre, será también necesario volver a obtener el permiso de Sanidad para aplicar en pacientes lo que se llama un «tratamiento compasivo». Esto es el uso en pacientes aislados y al margen de un ensayo clínico de productos en fase de investigación clínica. La prestigiosa revista médica Plastic and Reconstructive Surgery recogió en su número de esta semana el estudio de los dos facultativos lucenses, bajo el título ‘Reconstrucción facial regeneradora de la fase terminal en osteorradionecrosis y otras enfermedades craneofaciales avanzadas con células adultas cultivadas ‘. En su anterior número apareció un estudio sobre el transplante de cara. Aunque todavía queda muy lejos, Mendonça se muestra seguro de que el uso de células madre adultas permitirá regenerar un rostro completo con todas sus funciones y el transplante será cosa del pasado. |
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