Explicó que lo más apremiante es cuando llegan niños con las llamadas “caries rampantes”, que surgen a edades muy tempranas debido al exceso de azúcares que las mamás manejan en los biberones.
Relató que a su consulta han llegado “niños de un año o dos años de edad que ya padecen este tipo de caries. Esto se produce porque las mamás alimentan al bebé por las noches, con leche y azúcar, y les dejan el biberón mucho tiempo; el exceso de dulce es lo que lo produce”.
“Recientemente recibí un pequeño de dos años de edad la que ya hay que hacerle un trabajo de endodoncia porque tiene los dientes desechos”, indicó.
Señaló que es importante que las mamás lleven a sus hijos a revisión con el dentista desde que son bebés, “porque ya desde entonces hay que limpiarle los dientes con una pequeña gasa”, y manifestó que, inclusive, ya existen cepillos de dientes para bebés, que sirven también como mordederas y, por medio del juego, es posible forjarles el hábito de la salud bucal.
La salud bucal es tan importante, como indicó la doctora, ya que se relaciona con enfermedades como fiebre reumática o cardiopatías, debido a que las bacterias de las caries van a la garganta y el corazón, “así que si el niño de pronto comienza con dolor en los pies por el frío, se trata de un efecto producido por las infecciones en garganta y dientes”.
Otro problema derivado de las caries rampantes es la pérdida prematura de piezas dentales, situación que afecta la salida de los dientes, así como su función, además de alterar la respiración, fonación y deglución.
Mala posición
La doctora señaló que desde los cinco años de edad, cuando comienzan a aflojarse los “dientes de leche”, es posible advertir si un niño tiene problemas con el posicionamiento de sus piezas dentales, porque es posible advertir si el diente fijo viene correctamente si con su mismo movimiento ayuda a tirar el diente de leche.
“Si el diente de leche no se cae solo, entonces ya hay un problema, por ende, es importante ir haciendo ortodoncia preventiva, con aparatos que estimulen el crecimiento”, señaló.
Finalmente, la especialista puntualizó algunas recomendaciones para evitar que los niños tengan una mala salud bucal:
Revisión desde que tienen sus primeros dientes.
Seguir indicaciones del médico en cuanto al cuidado de las piezas dentales y la alimentación del niño.
Prohibido dejar la mamila con azúcar en las noches.
Prohibido dar de beber refrescos de cola a los bebés.
Revisión al menos dos veces al año.
“Si acuden con un especialista cada seis meses, entonces será posible advertir a tiempo un problema dental y corregirlo”, concluyó la doctora.
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