Las lesiones bucales, por qué se producen y cómo evitarlas

Las irritaciones y las lesiones bucales son protuberancias, manchas o llagas en la boca, los labios o la lengua. Si bien existen muchos tipos de llagas y trastornos bucales, entre los más comunes se encuentran las aftas, el herpes labial, la leucoplasia y la candidiasis (aftas).
Los mismos se discuten a continuación. Si tiene una llaga en la boca, no es el único: cerca de un tercio de todas las personas las padecen en algún momento. Sin embargo, las llagas, las irritaciones y las lesiones bucales son dolorosas, antiestéticas, y pueden interferir con la alimentación y el habla.
Cualquier llaga bucal que persista durante una semana o más debe ser examinada por un dentista. Quizá recomiende una biopsia (extracción de tejido para análisis), que usualmente permite determinar la causa y descartar enfermedades serias como el cáncer y el SIDA.

¿Cómo sé si tengo una llaga o una lesión bucal?

Los siguientes signos pueden indicar una llaga o una lesión bucal:

· Las aftas son pequeñas protuberancias blancas o llagas rodeadas por una zona enrojecida. Si bien las aftas no son contagiosas, se las suele confundir con el herpes labial, causado por el virus del herpes. Quizá sea útil recordar que las aftas aparecen dentro de la boca, mientras que el herpes labial usualmente lo hace fuera de ella. Las aftas pueden repetirse y ser menores (pequeñas), mayores (grandes) o herpetiformes (múltiples, en grupos o en racimos). Las aftas son afecciones comunes y suelen reaparecer. Si bien no se conoce la causa exacta de las mismas, algunos expertos creen que pueden verse involucrados problemas del sistema inmunológico, bacterias o virus. Factores como el estrés, los traumas, las alergias, el tabaquismo, la deficiencia de hierro u otras vitaminas y la herencia también contribuyen a que una persona sea más propensa a padecer aftas.

· El herpes labial, también llamado ampollas de fiebre o herpes simplex, es un grupo de ampollas que aparece alrededor de los labios y a veces debajo de la nariz o en el mentón. El herpes labial, por lo general, es causado por un tipo de virus herpes y es muy contagioso. La primera infección suele ocurrir en niños, a veces sin síntomas, y puede confundirse con un resfrío o una gripe. Una vez que la persona se ha infectado, el virus permanece en el cuerpo, provocando ataques recurrentes ocasionalmente. En algunas personas, sin embargo, el virus permanece inactivo.

· La leucoplasia tiene el aspecto de una placa blanquecina y espesa en el interior de la mejilla, las encías o la lengua. Se la suele relacionar con el hábito de fumar y mascar tabaco, si bien otras causas pueden ser las prótesis dentales mal ajustadas, los dientes rotos y el morderse la propia mejilla. Puesto que un 5% de los casos de leucoplasia se convierte en cáncer, el dentista realizará una biopsia. La leucoplasia suele curarse al dejar el tabaco.

· La candidiasis — aftas — es una infección micótica causada por el candida abicans (un hongo). Se le reconoce por las placas de color amarillento cremoso o rojizo que aparecen en las superficies húmedas de la boca. Los tejidos que se encuentran debajo de la placa pueden doler. La infección micótica bucal ocurre con mayor frecuencia en aquellos que utilizan prótesis dentales, los recién nacidos, las personas debilitadas por una enfermedad y las personas cuyo sistema inmunológico no funciona correctamente. Aquellos que padecen boca seca, que están tomando o que acaban de finalizar un tratamiento con antibióticos, también son suceptibles a tener la infección.

¿Cómo se tratan las irritaciones y las lesiones bucales?

El tratamiento varía según el tipo de trastorno que tenga. Para los tipos más comunes de llagas y trastornos bucales, descritos anteriormente, el tratamiento es el siguiente:

· Aftas — las aftas suelen curarse después de 7 a 10 días, si bien los brotes recurrentes son comunes. Los ungüentos tópicos de venta libre y los analgésicos proporcionan alivio temporal. El uso de enjuagues bucales antimicrobianos ayuda a reducir la irritación. A veces, se recetan antibióticos para reducir una infección secundaria.

· Herpes labial — las ampollas suelen desaparecer en una semana aproximadamente. Puesto que las infecciones de herpes no tienen cura, las ampollas pueden volver a aparecer durante períodos de trastornos emocionales, exposición a la luz solar, alergias o fiebre. Los anestésicos tópicos de venta libre pueden proporcionar alivio temporal. Las drogas antivirales recetadas pueden reducir estos tipos de infecciones virales. Consulte a su médico u dentista al respecto.

· Leucoplasia — el tratamiento comienza por eliminar los factores que causan las lesiones. Para algunos pacientes, esto significa dejar de fumar o de mascar tabaco. Para otros, significa desechar las prótesis dentales de ajuste deficiente y reemplazarlas por otras que se adapten correctamente. Su dentista controlará el trastorno, examinando la lesión a intervalos de tres o seis meses, según el tipo, la ubicación y el tamaño de la misma.

· Candidiasis — el tratamiento consiste en controlar los trastornos que causan los brotes.

- La limpieza de las prótesis dentales es importante para prevenir problemas inducidos por las mismas. Es útil quitarse la prótesis por la noche.

- Si la causa es el uso de antibióticos o anticonceptivos orales, quizá deba reducir la dosis o cambiar el tratamiento.

- Existen sustitutos de saliva para tratar la sequedad bucal.

- Cuando la causa subyacente es inevitable o incurable, puede utilizar medicamentos antimicóticos.

- La correcta higiene bucal es fundamental.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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