La ortodoncia se ha convertido en algo más que sólo alinear o enderezar los dientes, pero no todos están dispuestos a realizarse el tratamiento convencional.
Por Clyde H. Fasick Juliá, DMD, FWCLI
En los últimos años, se ha avanzado mucho en la ortodoncia al desarrollarse nuevos sistemas que tratan de ocultar la existencia misma del tratamiento. La ortodoncia invisible, como comúnmente se conoce, utiliza una serie de férulas alineadoras invisibles que evitan los ganchos tradicionales metálicos que tanto molestan. Estos alineadores incorporan los últimos adelantos de la ingeniería tridimensional para gradualmente mover los dientes hasta alcanzar los resultados deseados.
El tratamiento es sencillo y rápido. Inicialmente, se fabrica una serie de alineadores a la medida del paciente. Éstos se van colocando, uno a uno, sobre los dientes del paciente y conducen el movimiento dentario. El paciente sólo tiene que acudir a la oficina para cambiar su alineador cada 3 ó 4 semanas, durante un período aproximado de 8 a 10 meses, dependiendo del caso. El tratamiento ofrece muchas ventajas sobre la ortodoncia convencional, como: invisibilidad, comodidad, higiene, confort y ausencia de roces y llagas. Aunque la técnica está desarrollada específicamente para pacientes con dentición adulta y crecimiento mandibular terminado, es excelente para pacientes cuyos dientes están demasiado juntos o apiñados, que tienen problemas de espacios entre los dientes y para aquellos cuyos dientes se han desplazado luego de haber utilizado aparatos de ortodoncia en su juventud.
Por su comodidad, muchas más personas comienzan el tratamiento de ortodoncia, especialmente para solucionar una de las causas mayores de sus problemas periodontales, de mal oclusión y de dolores de cabeza. Estas condiciones se complican cuando los dientes están mal alineados y apiñados.
La ortodoncia con alineadores logra una mayor comodidad y la aceptación entre las personas que, de otra manera, no accederían al tratamiento convencional.
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