El mal aliento cuando no es originado por consumir ciertos alimentos como el ajo y la cebolla es síntoma perceptible de que algo anda mal en el organismo.
Puede ser tan sencillo como mala digestión, constipación o inadecuada higiene dental. Además, muchas bacterias se acumulan bajo la lengua. Sin embargo, el mal aliento se previene con la adecuada higiene bucal, principio de la salud en general.
Es difícil eliminar los residuos de la comida que se acumulan en lugares donde el cepillo dental no penetra, pero hay que combatirlos, puesto que permiten a la proliferación de bacterias.
Estos organismos causan mal aliento e irritaciones. Si la infección es avanzada, las encías pueden sangrar al limpiarlas y se inflaman. Si no se corrige a tiempo pueden ocasionar enfermedades como gingivitis y periodontitis, que a largo plazo causan otras complicaciones y hasta la pérdida de dientes.
Las encías sanas son de tono rosado y no están inflamadas. Además, cuando la persona se lava los dientes con cuidado no sangran.
Si las encías están inflamadas, puede que se padezca gingivitis, una enfermedad ligada con trastornos del corazón, derrames, diabetes, infecciones respiratorias y nacimientos prematuros.
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