Distrito Federal, México— Una correcta higiene bucodental desde la infancia es como un seguro de vida para los dientes, aseguran en odontología.
Desde que estas piezas aparecen en el bebé, en torno a los cinco o seis meses, deben limpiarse cuidadosamente cada noche con una gasa empapada en agua hervida.
“Hacia los 2 años ya se puede emplear cada noche el cepillo, sólo con agua, o con una pasta infantil fluorada. A los 6 ó 7 años, los pequeños deben empezar a lavarse los dientes solos, mañana y noche. Y a partir de la adolescencia ya deben cepillarse tres veces al día.
“Además, se recomienda utilizar una vez por semana enjuagues bucales con flúor desde que el niño aprenda a enjuagarse”, dicen los médicos.
La primera visita al dentista debe hacerse entre el primer y segundo año de vida, una vez que se ha completado la primera dentición.
Es importante acudir al odontólogo en esta etapa, porque el especialista podrá hacer una valoración de la salud bucodental del bebé e incluso podrá detectar algunos problemas que pueden empezar a aparecer en los primeros años de vida.
Caries, problema común
En los países desarrollados es la enfermedad crónica bacteriana más frecuente, aseguran publicaciones especializadas en el tema.
Está causada por los ácidos que producen diferentes tipos de bacterias, de las que la más importante es el streptococo mutans, que destruye el tejido dentario y puede conducir a la pérdida de la pieza e incluso a infecciones serias.
Los azúcares refinados son el gran enemigo de los dientes. Los expertos afirman que si no existiera este tipo de azúcar, no habría caries.
Son dientes, no garras
El vicio atávico de los humanos de usar la dentadura a modo de garras, como los animales, es nefasto, según expertos. Puede acarrear la rotura de alguna pieza dental o su movilidad.
La respiración oral (por no poder respirar por la nariz), el bruxismo (apretamiento de los dientes por maloclusión o tensión nerviosa) y la onicofagia (morderse las uñas) son también muy nocivos.
0 comentarios:
Publicar un comentario