Tres pasos para dientes limpios

Tener frenillos o usar retenedores exige llevar una juiciosa rutina de limpieza para que la sonrisa luzca realmente hermosa। Te decimos cómo lograrlo.

Es claro: aunque el odontólogo te explique detalladamente cómo llevar a cabo la higiene oral cuando usas aparatos de ortodoncia, él no puede realizarla por ti así que la responsabilidad es únicamente tuya. No obstante y como sabemos que el tema resulta muy dispendioso y aburrido pero es absolutamente necesario, te damos algunos consejos para que le pierdas la pereza a hacerla a conciencia. Recuerda que de cómo la ejecutes dependerá el brillo de tu sonrisa cuando te retiren los frenillos, pues muchas de las manchas generadas que aparecen después de la ortodoncia son producto de los residuos de comida que no fueron eliminados del todo.

Primer paso: el cepillado
Si teniendo ningún aparato te quedan residuos en la boca luego de comer, imagínate los que pueden albergarse entre los brackets, los alambres y los cauchos... Esta es precisamente la razón por la que es tan importante que dediques un par de minutos a cepillar correctamente tus dientes.

La recomendación en este sentido es que lo hagas con un cepillo de cerdas suaves para eliminar los residuos más grandes sin lastimarte. Luego, usa uno especial para ortodoncia o con forma de árbol que te ayude a limpiar esos lugares a los que el cepillo de estructura regular no alcanza a llegar. Ten en cuenta que es precisamente allí en donde es más común que se produzcan las caries y las manchas.

En cuanto al movimiento, debes hacerlo de la forma habitual poniendo especial énfasis en los espacios en los se forman cálculos. Por lo general, éstos son detrás de los dientes del frente y detrás de las últimas muelas tanto arriba como abajo.

Ahora bien, si limpiar correctamente tus dientes te produce molestias, prueba con una crema formulada o para tratar la sensibilidad y con un cambio de cepillo por uno de cerdas más suaves. Si aún así no soportas el dolor o te sangran las encías, consulta con tu odontólogo el mejor tratamiento.

Segundo paso: la seda dental
Éste es tal vez uno de los procesos más dispendiosos cuando se tienen aparatos de ortodoncia por lo que tu voluntad se hace indispensable. Lo ideal es pasar la seda por los orificios libres de brackets, por entre los alambres y por detrás de los dientes. Si te resulta muy difícil hacerlo, prueba enhebrando la seda en una aguja especial para ortodoncia. Aunque la rutina se vuelve un poco demorada, siempre será mejor tomarse dos minutos más para retirar los residuos que someterse a largos y costosos tratamientos para eliminar las caries y las manchas. Si aún así no te convences de la necesidad de usar la seda, entonces piensa en lo desagradable que se sienten y lucen los dientes cuando no están completamente limpios.

Tercer paso: el retenedor o la placa
Que te hayan quitado los brackets y te hayan dado el frenillo para uso continuo y diario, no es excusa para descuidar la higiene oral. Es más, ahora debes pensar en que el aparato también necesita que lo mantengas limpio y desinfectado porque de lo contrario se convertirá en un potencial foco de bacterias porque a él se pegan los residuos de comida y la acidez de tu saliva.

Lo mejor para mantenerlo muy limpio es removerle todas las impurezas con un cepillo de dientes y luego sumergirlo en enjuague bucal para que se desinfecte totalmente. El mismo proceso puedes hacer para limpiar la placa antibruxismo.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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