Más argentinos destapan sus arterias obstruidas a través de la angioplastia, un procedimiento menos invasivo que el ya clásico bypass. Ya se practican por año 24.000 angioplastias en el país, según una encuesta del Colegio Argentino de Cardioangiólogos intervencionistas. Seis años atrás, sólo se hacían 10.000.
Las particularidades de esos procedimientos y sus nuevos componentes son los temas de debate del Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (SOLACI 2010), que empezó ayer en un hotel de Puerto Madero, en Capital.
“La angioplastia se practica en casos de pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio, con obstrucción total de un arteria, o en casos de preinfarto, en los que las personas tienen angina de pecho, y opresión en mandíbula o en el brazo, en situación de reposo” , explicó a Clarín Oscar Mendiz, presidente del congreso y cardiólogo intervencionista de la Fundación Favaloro.
La cantidad de argentinos que pasan por una angioplastia creció por varias razones. “Se volvió un procedimiento más seguro, e implica menos complicaciones. Además, se sumó la posibilidad de practicar la angioplastia con un stent que permite la liberación de drogas. Este avance evita que la arteria se vuelva a cerrar”, comentó Mendiz. También señaló que ahora hay pacientes con varias lesiones coronarias que antes se los operaba a cielo abierto. En cambio, ahora se les hace la angioplastia, porque prefieren lo menos agresivo en primer lugar.
El procedimiento consiste en introducir un tubo delgado, después hacer una visualización de las arterias. De acuerdo con Luis de la Fuente, del Instituto Argentino del Diagnóstico y uno de los oradores del congreso, “en la angioplastia, no se necesita abrir el tórax. Sólo basta con una punción en la ingle de la pierna o en la muñeca de la mano”. Entre los beneficios de la angioplastia, figura también el post-operatorio: a los 2 días el paciente puede volver a trabajar.
Durante esta década “se produjo un cambio significativo en el diagnóstico por imágenes, y se consiguieron mejores diseños y aleaciones de los stents, que se volvieron más delgados, flexibles y con más fuerza radial. Esto permite que se traten arterias que antes no podían repararse”, destacó Fernando Cura, subjefe de cardiología intervencionista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, que estuvo ayer haciendo operaciones en vivo para el congreso. Como una de las novedades del encuentro, la empresa Boston Scientific está lanzando un nuevo stent, que es de cromo platino y forma parte de la tercera generación de estos pequeños dispositivos.
Los médicos mandaron un tirón de oreja para los pacientes.
“Como las angioplastias son más frecuentes, algunos pacientes piensan que se van a tratar caries. Las personas tienen que cuidarse. No tomarlo como algo banal” , según Mendiz. Los especialistas recalcaron que los pacientes deben considerar los factores de riesgo para no volver a infartarse. Enfocarse en tratar la diabetes, la hipertensión, el sedentarismo, la obesidad, el colesterol elevado, dejar de fumar, y evitar la exposición al humo del tabaco. Y los que no se han infartado hasta el momento, pueden hacerse chequeos para conocer el estado actual de las arterias.
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