Los dentistas atribuyen a la dieta el aumento de caries graves en los niños

La enfermedad aparece en pequeños de apenas 2 años por el exceso de azúcar y la comida triturada

La quietud que exige el tratamiento bucal obliga a anestesiar el cuerpo entero a algunos pacientes


María es una experimentada paciente de dentista, aunque tiene 7 años. Su comportamiento en la consulta odontológica es inusual entre las personas de su edad. Le avala una larga trayectoria: ocupa el sillón abatible desde hace cuatro años. Su control del miedo a la minitaladradora electrónica es una excepción en el creciente colectivo infantil que se ve obligado a ir al dentista porque las caries le han arrasado molares, premolares e incluso las piezas frontales. Ella toma asiento y, tras ser pinchada suavemente en la encía para anestesiarle la mandíbula, es capaz de permanecer quietecita, "como una señora", según su dentista, durante los 20 o 30 minutos que dura la reparación de la pieza del día. Es un caso atípico.

"A esas edades, un tratamiento odontológico es una misión casi imposible, salvo si se induce al niño a una anestesia de cuerpo entero, porque solo con la sedación local de la boca no se quedan quietos", explica la doctora Sandra Pereyra, dentista de María. Sedar por completo a un niño implica actuar en un quirófano –no en la consulta del dentista– y exige la participación de un anestesista, además del odontopediatra. El factor de la imprescindible quietud mientras se interviene no es un asunto menor si, como sucede a María, la paciente acumula caries en hasta 6 de las 20 piezas dentales que ocupan la boca de un niño.

ES UNA ENFERMEDAD / La consulta de la doctora Pereyra, y la del resto de sus colegas, atiende profundas caries dentales en niños cada vez más pequeños. «He tratado caries enormes, como nunca, en niños de apenas 2 años», explica. A esa edad, añade, la boca no debería estar enferma. "Porque la caries es una enfermedad, aunque esté aceptada como una situación normal de la boca", dice la odontóloga. Y, mal tratada, puede causar la pérdida de la pieza dental.

La corta trayectoria vital de estos pacientes y lo exagerado de las destrucciones dentarias que atienden han llevado a algunos especialistas a investigar el fenómeno. Orientan su búsqueda hacia el estilo alimenticio que predomina en la mayoría de domicilios jóvenes. La dieta infantil, han observado, es excesivamente dulce, contiene demasiados hidratos de carbono refinados y se ha eliminado de ella la exigencia de masticarla. Nada de pastas y arroces integrales, que pueden ser más duros. «Todo se les ofrece triturado, porque los padres no tienen tiempo para dedicarlo a la demoradora forma de masticar de muchos niños» explica Pereyra. «En cambio –añade– si les das zanahorias, patatas y pollo triturados, se lo tragan con cuatro cucharadas". Las muelas no se utilizan.

PEGAJOSOS / También han observado que los niños toman alimentos demasiado blandos y pegajosos, factores que, unidos al de la trituración, desvirtúan la misión fisiológica de los dientes. "La dentadura humana está diseñada para cortar, desgarrar y triturar, y si no hace las tres cosas pierde su función", indica la especialista, que insiste en la importancia de dar a los niños manzanas, bistecs, zanahorias, melocotones, pepinos, y toda la dieta, cortados en trozos que obliguen a invertir una cierta fuerza para masticarlos. Ese esfuerzo, explica, permite que los dientes cumplan con su razón de ser y favorece la limpieza natural de la boca.

El exceso de azúcares no solo afecta a los niños. "Según los manuales de antropología alimentaria, en el siglo XII los españoles consumían 12 gramos de azúcar diarios; en el XIX, tomaban 25 y ahora se superan los 100 gramos", explica la dentista. Si a eso se suma el exceso de harinas refinadas que, como el azúcar, solo aportan calorías y apenas nutren, el resultado es una desmineralización progresiva de los tejidos duros del diente, añade. Los dientes con caries pierden el esmalte, su primera capa protectora, y tras ella desaparece la más profunda: la dentina. "Si la caries no se elimina, el proceso llega a destruir la pulpa, el tejido blando del diente, y la pieza queda sin sostén", resume la odontóloga.

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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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