Saliva, prevención de caries y mantener la salud de la boca

  • Cuando la cantidad de saliva disminuye o su composición se altera, se originan problemas como boca seca, caries y cálculos dentales.

Pese a que la saliva es en extremo indispensable para mantener la salud bucodental, pocas veces nos detenemos a pensar en su importancia. Esta es la razón por la que decidimos comentarte la importancia que realmente hace en nuestro cuerpo.

Resulta que la saliva no sólo se encarga de ayudar en la digestión y procesamiento de los alimentos, también protege la superficie interna de la boca y los dientes gracias a su PH alcalino que neutraliza los ácidos producidos por la placa bacteriana. Además, resguarda la superficie interna de la boca; sirve para diagnosticar la diabetes, el cáncer oral y en general las enfermedades periodontales; aporta a los dientes el calcio y fosfato necesarios para remineralizarlos; es un poderoso depósito de flúor; y diluye y elimina los azúcares presentes en la boca.

Cuando la cantidad de saliva disminuye o su composición se altera, se originan problemas como boca seca, caries y cálculos dentales. Además se produce una enfermedad llamada xerostomía, que trae consigo problemas para hablar, comer e incluso para soportar la estructura de los dientes, por lo que puede desencadenar la pérdida de una o más piezas. También es común que las personas que padecen este trastorno manifiesten dolor e irritación en la mucosa y que sientan que su lengua está continuamente irritada como cuando se quema con un alimento muy caliente.

Si por el contrario, la saliva es demasiado abundante, es frecuente que se produzcan lesiones erosivas en los labios o la piel de la cara que los bordea. A esto se suma la desagradable sensación que deben soportar quienes permanentemente sienten su boca llena de ‘agua’ y al hablar, comer o dormir pierden control.

Alteraciones

Factores como el número de dientes sanos en la boca, la deshidratación, la edad, el sexo, la respiración vía oral o aspectos psicológicos como el estrés y la ansiedad pueden reducir el flujo de las glándulas salivares. También es común que la producción de saliva varíe si se padecen enfermedades que destruyen progresivamente los dientes como la demencia. Así mismo, algunos medicamentos producen efectos adversos sobre las glándulas por lo que es indispensable prestar atención a los efectos secundarios de los tratamientos médicos.

Lo primero es pedir un diagnóstico médico. Generalmente, éste se logra a través de un examen con ultrasonido (procedimiento que utiliza ondas de sonido que traspasan a las glándulas para ver el tamaño y condición de las mismas), una resonancia magnética nuclear, una tomografía computarizada o una biopsia.

Tratamiento

La xerostomía puede ser tratada con estimulantes de la saliva o con sustitutivos de saliva artificiales que ‘irritan’ las glándulas para que reaccionen a los estímulos.
Para el exceso de saliva es indispensable determinar la causa pues este trastorno puede tener origen en problemas sicológicos, consumo excesivo de tabaco en incluso en los cambios hormonales propios del embarazo.

FUENTE: REVISTAFUCSIA.COM

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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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