Hemos dicho hasta la saciedad que el biberón es asesino, hoy referiremos algunos otros riesgos, del uso del tetero, riesgo del chupón y la fea manía de chuparse el dedo.
Normalmente cuando tu bebé está llorando y no sabes lo que tiene ¿recurres al chupo o el tetero para que se calme? ¿Después de que se acabó la comida lo dejas mucho tiempo con el tetero en la boca? ¿Dejas que tu hijo se chupe el dedo? Si respondiste afirmativamente a las preguntas anteriores tienes que poner atención a las recomendaciones que te hacemos. Un estudio publicado en la revista médica BMC Pediátrica estableció que chuparse el dedo, usar chupo y dejar el tetero en la boca entorpecen el desarrollo del habla de los niños.
¿EL BIBERÓN UN AMIGO DE CUIDADO O ENEMIGO DESCUIDADO?
Existen peligros para el niño, como "la caries de biberón". Se denominan así porque aparece cuando se asocian los azúcares que contiene éste, la placa bacteriana, las bacterias presentes en la boca y la acidez salivar, las caries son focos infecciosos, localizados en los dientes y como tal, pueden producir infecciones locales en las áreas vecinas y en otros órganos de la economía, sobre todo en los niños y niñas en edad escolar, pueden dar graves complicaciones en los riñones, coyunturas, el corazón y hasta en el cerebro.
Igualmente el uso del chupón, biberones y la manía de chuparse el dedo, producen maloclusiones, deformando el paladar y dientes salidos. La mordida se cruza, es decir, los dientes de abajo se anteponen a los de arriba, lo que acarreará problemas odontológicos y ortopédicos en el futuro, la posición horizontal en la que el bebé toma el biberón llega a afectar el oído y ocasiona otitis media que incluso es repetitiva. Parte del líquido entra en contacto con el orificio donde comienza la trompa de Eustaquio en la parte posterior de la nariz y lo irrita o pasa al oído e impide la entrada de aire.
El gusto por el biberón puede verse como una adicción sicológica de cuya necesidad el niño no es consciente, sino que ha sido entrenado para que acuda al biberón cada vez que desee dormir o serenarse. Entran en juego dos factores: el niño substituye el amor de la mamá por algo físico que es el biberón, lo cual puede ser síntoma de carencia emocional afectiva o quizá porque ella no dedica suficiente tiempo a la atención de su hijo.
Por ello y por muchas otras razones, debemos eliminar de nuestra mente el uso del biberón como utensilio para alimentar a los niños, solo usar seno materno, para que se críen sanos, y así alcanzar más salud para todos.
Fuente: Las noticias de cojedes
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