Fumar pone en riesgo encías y dientes

Está demostrado que los fumadores tienen problemas en las encías y que el tabaco es el principal factor de riesgo que puede prevenirse para evitar la aparición y la progresión de la enfermedad periodontal.

Muchos fumadores ignoran que el cigarrillo, además de los múltiples daños que ocasiona al organismo, arruina sus encías y que por la vasoconstricción que produce la nicotina, generalmente no tienen como síntoma de inflamación el sangrado, lo cual es común en el resto de la población.

“En el paciente fumador las encías sangran menos porque tienen un menor aporte sanguíneo y de oxígeno”, precisa Lucrecia Villegas, especialista en periodoncia y docente de posgrado en Fundación Creo.

Por eso, quienes no piensan dejar de fumar, al menos debieran hacerse un control odontológico frecuente y aun así, el éxito de los tratamientos periodontales es incierto.

El cigarrillo predispone a que haya más bacterias circulando en la cavidad bucal, que disminuya el sistema de defensas contra ellas y, en consecuencia, que sea mucho más probable la formación de placa bacteriana, lo que facilita que las encías se inflamen por estar infectadas.

La enfermedad periodontal depende de la cantidad de cigarrillos que se fuman por día, pero se sabe que quienes fuman más de 10, tienen siete veces más probabilidades de sufrir periodontitis severas.

La consecuencia más superficial es la inflamación del tejido que rodea al diente (periodonto) y que, según su grado de afectación, se considera gingivitis.

Por otro lado, cuando la infección llega a los tejidos profundos que sostienen al diente, el problema es una periodontitis. Si no se trata, evoluciona hasta destruir el hueso y el ligamento que soportan a la pieza dentaria y ésta se pierde.

Resultado impredecible. “Los pacientes fumadores presentan sus encías fibrosas (gruesas) –describe Villegas–, poco enrojecidas y edematosas (gordas)”.

La encargada del área de Periodoncia de Clínica Creo agrega que “también pueden presentarse recesiones (la encía se sube), manchas marrones en la encía y papilas, ya que los componentes del tabaco sobre la mucosa pueden provocar la formación excesiva de melanina y, además, mal aliento”.

Numerosos estudios han demostrado que la respuesta al tratamiento periodontal a corto y a largo plazo es peor en las personas que fuman, hasta el extremo de que ciertas técnicas complejas no siempre se aconsejan en fumadores porque los resultados no son predecibles.

“La eficacia a largo plazo del tratamiento periodontal es conseguir que los dientes no se pierdan, que permanezcan en la boca el mayor tiempo posible”, remarca la periodoncista.

Esto se consigue eliminando las bacterias dañinas de la placa bacteriana y para ello, es necesario someterse a un correcto tratamiento periodontal, realizar revisiones periódicas que se pactan con el especialista de acuerdo con la severidad de la lesión.

Todo esto depende, por supuesto, del compromiso del paciente y de que tenga una muy buena higiene bucal mediante el correcto uso del cepillo y del hilo dental.

Pero no hay garantías de tener unas encías sanas ya que “el consumo exagerado de tabaco puede hacer que una persona sea tan vulnerable a la enfermedad periodontal que, aun practicando estas medidas, el resultado a largo plazo de su tratamiento sea mucho peor que si no fumara”, asegura Villegas.

En cualquier caso, cabe destacar que para cualquier persona (fumadora o no), la salud de las encías depende del control y eliminación de la placa bacteriana.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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