Según publicó Pro-Salud News, la odontología y más precisamente los dientes no están afuera de la "revolución tecnológica" en la cual se enmarcan muchos de los más novedosos tratamientos estéticos.
El objetivo de esta técnica no invasiva y segura es aclarar el color dentario, aunque siempre respetando los tejidos de las piezas. Se utiliza para "borrar" las manchas generadas por la ingesta de alimentos y bebidas, aunque también por golpes o traumatismos. Es importante que el tratamiento lo realicen profesionales.
A la colocación de implantes -algo que ya está muy lejos de ser una experiencia traumática gracias a la tecnología aplicada- y demás estrategias para mantener las piezas dentarias en su lugar y en condiciones, se le suman los "toques de belleza", a los que recurren cada vez más mujeres y hombres.
Dentro de los tratamientos estéticos se destaca el blanqueamiento, una técnica sobre la que mucho se ha hablado, y que tiene como objetivo principal aclarar el color de los dientes, respetando los tejidos. Esto quiere decir no sólo que es segura, sino que además no tiene ningún tipo de contraindicación, debido a que es no invasiva.
El blanqueamiento es inocuo y si se cumplen las medidas, da muy buenos resultados.
Sin embargo, vale aclarar que por tratarse de un tratamiento médico, debe ser realizado por profesionales, y en el marco del consultorio. De esa manera se garantizan los resultados inmediatos, pero además el éxito del tratamiento a mediano y largo plazo y la seguridad del paciente.
"El blanqueamiento dental es un procedimiento que se realiza cuando la limpieza convencional no logra un resultado estético satisfactorio, y en el cual se utiliza peróxido de carbamida o peróxido de hidrógeno, también conocido como agua oxigenada", explicó el doctor Luciano Beltrán, médico odontólogo.
La aclaración respecto a los productos utilizados es muy importante ya que muchas veces se dijo que la abrasión generada por éstos podía llegar a dañar no el esmalte, sino los dientes.
La realidad es que esto no ocurre, principalmente porque el gel que se coloca en el esmalte, "ingresa" al diente pero únicamente para destruir las moléculas que se depositan con el correr de los años, y sobre todo como consecuencia de la ingesta de determinados alimentos y bebidas, desarrollando las manchas.
Igualmente, cabe destacar que cuando la técnica no se lleva adelante con profesionales, es posible que se genere la deshidratación del diente, situación que puede ser irreversible y que a largo plazo puede generar importantes daños. Por eso es vital concurrir a centros especializados.
En principio cualquier persona puede realizarse un blanqueamiento, salvo casos excepcionales que están relacionados, principalmente, con algunos problemas de salud de los dientes.
Para saber si ése es el caso, los especialistas recomiendan que ya en la primera consulta los pacientes le manifiesten al odontólogo la voluntad de realizar el blanqueamiento. De esa manera el profesional evaluará si el paciente está apto o no.
¿De qué se trata?
Antes de comenzar y una vez que el paciente se decidió, el odontólogo debe eliminar el sarro, el pulido y remover la placa bacteriana, fundamentalmente debido a que como expuso el doctor Beltrán, "con el blanqueamiento no se eliminan estas condiciones, sino las manchas endógenas, es decir, las que se producen en el interior del diente. Para las exógenas contamos con instrumental y procedimientos mecánicos".
En cuanto a las variedades, el especialista comentó que "hay varios tipos de blanqueamiento. Uno es el externo que tiene que ver con las manchas que se ven por fuera del diente. Por otro lado, contamos con el blanqueamiento que se realiza para, por ejemplo, eliminar las manchas surgidas luego de un golpe. Este implica trabajar dentro del diente como tratamiento de conducto. Por último, debemos decir que hay manchas específicas que requieren tratamientos más complejos o combinados".
"Los productos que se utilizan en los blanqueamientos abren los canales de los dientes produciendo mucha sensibilidad. Por eso, si o si, la técnica debe culminar con la aplicación de flúor, encargado de cerrar esos canales y evitar esa sensación. Además, durante una semana hay que acompañar el procedimiento con una dieta blanca (evitar alimentos con mucho pigmento)", concluyó el doctor Beltrán.
Respecto al proceso en sí, éste consta de dos pasos: en primer lugar la colocación del producto que actúa con la luz halógena (este paso dura una hora con intervalos de 20 minutos), y en segundo término la topicación con flúor.
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