Una sonrisa radiante, blanca y perfecta es la mejor manera de presentarse sin que salga una palabra de nuestros labios: tener la dentadura de Tom Cruise o Tom Selleck no es una tarea fácil, y hay que invertir en ella tiempo y cuidados cada día para que luzca impecable, y sin una sola mancha. ¿Quieres saber cómo conseguir la sonrisa más sexy?
La primera regla, y la más obvia, es, claro, el cepillado: tres veces al día, después de cada comida, con pasta fluorada y un cepillo de cerdas firmes, con filamentos sintéticos de dureza media, que no dañen las encías. El truco: lleva siempre un pequeño cepillo de viaje contigo en el maletín, o ten uno a mano en la oficina, para no saltarte ni uno sólo de los cepillados 'de rigor'.
Los productos con efecto blanqueante siempre son una buena alternativa a la pasta dentífrica clásica, aunque no tienes que olvidar que el principal objetivo del cepillado es limpiar y proteger los dientes de las caries. Utiliza seda dental de manera frecuente, y un enjuague bucal para eliminar todo rastro de bacterias y microorganismos. La lengua y el paladar también son importantes: mantenerlos limpios y frescos te ayudará a librarte del mal aliento.
El estrés puede considerarse la segunda causa de caries dental después de la acumulación de placa bacteriana: si padeces estrés regularmente en el trabajo o en casa, es muy posible que éste aumente la acidez de la saliva, atacando directamente al esmalte. Además, los altos niveles de ansiedad pueden provocar la aparición de herpes y mal aliento.
Evita las bebidas pigmentadas que afectan al esmalte: el café, el vino o las bebidas carbonatadas pueden dejar manchas o dañar la capa superficial de los dientes con el desgaste. Nuestro consejo, si no puedes pasar sin tu lata diaria de cola: apuesta por las pajitas. Son menos masculinas, pero permiten hacer llegar la bebida directamente al paladar.
¡STOP azúcares! Las bacterias se nutren de él, multiplicándose y 'dando ventaja' a las caries. El chicle sin azúcar, sin embargo, es una buena alternativa para saciar el ansia de 'dulce', no deja azúcar pegado a los dientes y promueve la producción de saliva en la boca.
Eso sí, si hay un enemigo a evitar a toda costa ése es el tabaco: amarillea los dientes, favorece la aparición de sarro y daña las encías. ¡Cero ventajas!
Por último, y como regla de oro final, acude al dentista al menos dos veces al año, para mantener a raya cualquier problema bucodental. Además, para presumir de dientes blancos nunca está de más consultar y realizar un blanqueamiento dental con el que partir de cero, rebajando los tonos de blanco de nuestros dientes en varios grados en una sola sesión.
0 comentarios:
Publicar un comentario