La caries infantil cae a la mitad

Dicen que el nivel de salud de una sociedad se mide, en gran medida, por la dentadura de sus habitantes. Si es así, y los dientes vendrían a ser como el espejo del alma de las distintas poblaciones, se podría inferir que Asturias goza de bastante buena salud. O al menos, que está más saludable que quince años atrás. Así se desprende de la Encuesta de Salud Oral en Escolares del Principado, en la que se señala que el índice de prevalencia de caries en niños se redujo a la mitad. Según este trabajo, mientras que en 1993 un 45% de los menores de seis años tenían alguno a varios de sus dientes cariados, en 2008 (año en que se elaboró el segundo estudio epidemiológico) la prevalencia de caries se sitúo en el 21,70%. La mayor reducción se logró entre los niños de 12 años, al pasar del 74% al 42%.
Para elaborar esta investigación fueron encuestados 2.070 niños y adolescentes (desde primero de Primaria hasta tercero de la ESO) de toda Asturias, aunque hay una mayor presencia de menores residentes en zonas urbanas y periurbanas. La Consejería de Salud contó con la colaboración de la Facultad de Odontología de la Universidad de Oviedo.
A través de este trabajo, el Principado pretende conocer cuál es el estado de salud bucal de los más jóvenes y arbitrar medidas para reducir la presencia de enfermedades dentales en estos grupos de corta edad. Y aunque se ha llegado a la conclusión de que los pequeños asturianos han mejorado, y mucho, el aspecto de su dentadura, todavía quedan bastantes cosas por hacer y cambiar. Por ejemplo, el hecho de que el 70% de los adolescentes no se cepille adecuadamente los dientes porque no tiene incorporado el cepillado como una práctica higiénica diaria. Esta falta de limpieza hace que la mitad de los escolares de tercero de la ESO necesite de la realización de una tarctectomia (eliminación del sarro, placas y manchas en los dientes). Los autores de la investigación proponen que se den clases de cepillado y de higiene dental en los colegios e institutos.
Usan el cepillo más de 6 meses
La mayoría de los jóvenes consultados que aseguran no lavarse los dientes a diario dicen que es «por falta de tiempo». Además, la mitad no usa «nunca» seda dental, mientras que sí emplean colutorio (enjuague bucal) de forma casi habitual. Otra carencia detectada gracias a la encuesta guarda relación con el recambio de los cepillos de dientes, que no se hace con la frecuencia que se debería, ya que siete de cada diez menores asegura usar el mismo cepillo durante más de seis meses y un 22% durante un año. El resto dice renovarlo sólo «cuando se estropea».
Salud ha localizado la presencia de una alta concentración de trastornos bucales en un determinado grupo de menores. Según se desprende de la Encuesta de Salud Oral, en el tramo de 12 años, un 15% de los encuestados acumula el 55% del total de caries de toda Asturias. A otro 23% se le asignan siete de cada diez lesiones detectadas en todos los niños de 12 años del Principado. También se ha observado que hay más deficiencias en niños que residen en zona rural.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como un nivel sanitario óptimo la existencia de un 50% de niños de 5 y 6 años libres de caries. Asturias cumple esta recomendación con creces, ya que un 78% de sus menores no tiene dientes cariados. Tampoco hay prácticamente adolescentes que hayan perdido dientes. El estudio sólo detectó un 0,9% de jóvenes con pérdida de piezas dentales.
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PERIODONTITIS

La periodontitis, denominada comúnmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la tercera edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Diagnóstico Tiene efectos como caries, mal aliento, dolor al masticar y sangrados abundantes y no se contagia por dar un beso, por beber del mismo vaso o por medio de la saliva. Al principio puede manifestarse por una ligera inflamación gingival, con sangrado discreto de las encías al cepillarse los dientes y un cierto grado de tumefacción y enrojecimiento de las encías. Su diagnóstico precoz contribuye a un mejor pronóstico ya que es condición necesaria para frenar su evolución cuanto antes. Signo principal es la formación de una bolsa periodontal por pérdida de inserción, y la forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Este procedimiento de periodotología se llama sondaje periodontal y con él los dentistas obtienen la profundidad de sondaje que sirve para medir la afectación que la enfermedad periodontal y la destrucción de hueso que esta ha provocado. Los valores obtenidos con el sondaje de diagnostico periodontal servirán de referencia en los mantenimientos periodontales que se deberán realizar cada 6 meses por el periodoncista.Fumar es uno de los factores de riesgo más significativos relacionados con el desarrollo de la periodontitis. Por otra parte el hábito de fumar o usar productos de tabaco puede disminuir el efecto de algunos tratamientos, además de enmascarar la enfermedad ya que disminuye el sangrado. Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, de Papillon-Lefèvre o de Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo. La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes. Periodontitis simple Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embargo, la presencia de Porphyromonas gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa. Periodontitis agravada por factores sistémicos Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas. Periodontitis agresiva (de inicio precoz) Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis. Periodontitis agresiva localizada Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos. Periodontitis de inicio precoz generalizada Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis. Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas Consecuencias colaterales Se ha observado que las bacterias presentes en este tipo de infecciones migran desde la boca hasta la circulación sanguínea, lo que produce un daño directo en el endotelio (componente principal de la pared arterial) con la consecuente formación de ateromas (engrosamiento de la pared arterial debido al depósito de colesterol) y trombos. Incluso, en pacientes fallecidos, se han realizado biopsias de ateromas, y se han encontrado bacterias periodontales, patógenos propios de las encías.

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